CONCEPTO DE EVALUACIÓN
Según la RAE es «Estimar, apreciar, calcular el valor de algo«. Etimológicamente, proviene del latín «valeo«, que significa «tener valor» . Del francés antiguo «value«, «valor» y del francés «évaluer«, que significa «valorar«.
Es fácil pensar que la palabra Evaluación se utilizaba en la industria, sobre todo por el valor o rendimiento económico. En cuanto a las personas, se ha de pensar en ser fuerte, tener fuerza o poder.
Probablemente, los maestros cometamos un error al llevar al pie de la letra el significado de evaluar a nuestra práctica docente.
En educación es una estrategia para medir, regular, calificar, orientar, … Sus tipologías son también diversas, como inicial, formativa, formadora, sumativa, … Todo ello teniendo como referente los criterios de evaluación.
Según Serpa Naya (2008): «La evaluación es un seguimiento continuo y sistemático que se le hace para identificar los logros y las dificultades presentadas en el proceso y poder tomar decisiones que lleven a un mejoramiento de la calidad educativa».
Yo me quedo con el concepto de Neus Sanmartí (2020): «La evaluación es Evaluar para Aprender«. Para llevar a cabo este concepto a nuestras clases tenemos que hacer algunos cambios:
- La evaluación que sirve para aprender debe ser gratificante. Es necesario que intervenga también el alumnado en el proceso mediante Autoevaluaciones y Coevaluaciones. Permitir que sean los estudiantes los que pidan cantidad y tipos de actividades. Es imprescindible que el equipo directivo esté más que implicado en ello.
- Aprender requiere evaluarse. Durante el proceso de evaluación es muy significativo que el maestro le recomiende como puede mejorar, (Heteroevaluación). Pero también es súper contundente si hay recomendaciones de iguales, (Coevaluación), y que el propio alumno se plantee cómo mejorar para avanzar, (Autoevaluación). El equipo docente tiene que intervenir en estos momentos claves para el aprendizaje.
- El alumno o la alumna debe ser el protagonista de la evaluación. Los equipos docentes tenemos que conseguir que los alumnos se den cuenta que son ellos los protagonistas de su propio aprendizaje. Podemos conseguirlo si fomentamos que sea el propio aprendiz el que tome decisiones para mejorar, (Evaluación Formadora), o bien, los maestros le señalamos donde se ha equivocado y cómo puede mejorar, (Evaluación Formativa).
- La evaluación del proceso de aprendizaje se hace cuando se constata que se ha aprendido. Todos sabemos que tenemos que acreditar que los alumnos y alumnas han aprendido, es decir, saben utilizar y aplicar lo estudiado. Por ello, tenemos que evaluar los resultados cuando hayamos comprobado que han aprendido. Esto supone que nos autoevaluemos y que promovamos que los estudiantes se autoevalúen.
CÓMO REALIZAR UNA EVALUACIÓN EFECTIVA
La evaluación es un proceso que conlleva recoger datos, analizarlos y tomar decisiones.
Las decisiones a tomar durante el proceso de enseñanza-aprendizaje han de servir para AUTORREGULAR tanto la mejora de los estudiantes como del profesorado. Pues sí, los maestros también tenemos que revisar, reformular y cambiar actividades, ejercicios, ejemplos, … además de hacer hincapié allí donde tienen que centrar la atención que, generalmente, serán los objetivos de aprendizaje o los criterios de evaluación.
CONTEXTO NORMATIVO
Ya se citaba en la LOGSE, (Art. 15), que en Primaria «la evaluación de los procesos de aprendizaje de los alumnos será continua y global» para medir el alcance de los objetivos.
En Secundaria, (Art. 22), «La evaluación será continua e integradora» y los alumnos tienen que «alcanzar los objetivos del ciclo y de la etapa«.
En la nueva ley, en la que nos tenemos que basar para el desarrollo de nuestro ejercicio profesional, LOMLOE, para Primaria, (Art. 20), «La evaluación del alumnado será continua y global y tendrá en cuenta su progreso en el conjunto de los procesos de aprendizaje«. Para promocionar de un ciclo a otro habrá que atender al «grado de adquisición de las competencias de cada alumno o alumna«.
En el caso de Secundaria, (Art. 28), «La evaluación del proceso de aprendizaje de los alumnos y alumnas de educación secundaria obligatoria será continua, formativa e integradora«. Para promocionar de un curso a otro se atenderá a la «consecución de los objetivos, al grado de adquisición de las competencias establecidas y a la valoración de las medidas que favorezcan el progreso del alumno o alumna«.
Para el caso del Bachillerato, (Art. 36), «La evaluación del aprendizaje del alumnado será continua y diferenciada según las distintas materias«, en base a «los objetivos» de cada materia y haber «alcanzado el adecuado grado de adquisición de las competencias correspondientes«.
Por último, en la Formación Profesional, (Art. 43), «La evaluación del aprendizaje del alumnado en los ciclos formativos se realizará por módulos profesionales, teniendo en cuenta la globalidad del ciclo desde la perspectiva de las nuevas metodologías de aprendizaje«.
CLAVES DE LA EVALUACIÓN
No pretendo hacer un análisis normativo, tampoco me compete. Tan solo quiero destacar las palabras clave que nos deben ser de guía y orientación en el desempeño de una de nuestras funciones, LA EVALUACIÓN. Es obvio que hemos de tener como referente para evaluar a nuestros pupilos las siguientes claves:
Cada etapa tiene las suyas. Desde Primaria hasta el Bachillerato o la Formación profesional.
Voy a tratar de darle contenido a cada una de estas palabras para clarificar nuestra práctica docente en nuestro día a día. Sigue los enlaces para entender un poco mejor qué significa realmente cada una de ellas. Por supuesto, en mi modesta opinión.
Precisamente, a todos los docentes nos encanta esta función, pero, eso sí, cuando la evaluación de un alumno o alumna es positivo. Es curioso, si la evaluación es negativa nos mostramos insatisfechos por nuestra labor y reformulamos nuestra práctica docente. Esto no lo hacen todas las profesiones. Estamos en continua mejora.
