Experimentar y prototipar da vida a las ideas. Construir prototipos significa hacer tangibles las ideas y aprender mientras las construyes y las compartes con otras personas. Incluso con prototipos tempranos y toscos, puedes recibir una respuesta directa y aprender cómo seguir mejorando y refinando tu idea.
Es el momento de converger seleccionando las mejores ideas obtenidas en la etapa anterior y prototipando. Se trata de una de las actividades más críticas en el proceso de diseño en la que verdaderamente se experimenta un avance en el proceso. Genera preguntas y respuestas que ayudan a visualizar posibles soluciones, poniendo de manifiesto elementos que se deben mejorar o refinar antes de llegar al resultado final.
Es muy recomendable seguir estos pasos elementales:
1.- Construir prototipos
Los prototipos permiten compartir ideas con otras personas y discutir sobre cómo seguir refinándolas. Se pueden crear prototipos de prácticamente cualquier cosa. Para ello:
A.- Revisar el storyboard
Visualizar la experiencia completa de la idea en el tiempo por medio de una serie de imágenes, bocetos, caricaturas o incluso simples bloques de texto. Es grandioso pegar las figuras y no es necesario ser artistas. Usar notas post-it u hojas de papel individuales para crear el storyboard, de modo que las puedan cambiar fácilmente de orden.
B.- Crear un diagrama
Es muy conveniente trazar la estructura, red, recorrido o proceso de la idea. Hay que probar diferentes versiones.
C.- Crear una historia
Contar la historia de su idea desde el futuro es muy buena práctica, describir cómo sería la experiencia. Se puede escribir un artículo periodístico que hable de la idea haciendo una descripción del trabajo. Otra manera es crear una carta para enviar a los clientes, o bien, realizar una descripción de la idea como si se fuera a publicar en un sitio web.
D.- Crear un anuncio publicitario
Practicar con un aviso ficticio publicitario o a través de una presentación que promueva las mejores partes de la idea, también es muy aconsejable. Esto puede ser muy divertido si se tiene libertad de exagerar sin vergüenza.
E.- Crear una maqueta gráfica en papel
Otro posible prototipo puede ser construir maquetas con herramientas digitales y/o sitios web donde se muestren bocetos simples en pantalla. Esta maqueta de papel se inserta en un monitor de un ordenador, o un proyector, o en el teléfono móvil cuando haya que mostrarlo.
F.- Crear un modelo físico
Ahora se pueden fabricar representaciones tridimensionales simples de la idea. Se pueden usar materiales sencillos como papel, cartón, bolsas de pipas, tela y todo lo que sea recurrente. Se empieza con modelos toscos y de baja fidelidad para empezar, pero se termina mejorando la calidad con el tiempo.
G.- Crear un juego de rol
También es bastante divertido si se representa la experiencia de la idea a través de roles, en los que intervengan las personas que forman parte de la situación y se originen preguntas sobre qué se podría hacer en distintos supuestos.
El prototipado no tiene por qué ser perfecto desde la primera vez. Los mejores prototipos cambian significativamente en el tiempo. Hay que ser retantes y obligar a cada miembro del equipo a presentar, al menos, tres versiones diferentes de la idea para probar los múltiples aspectos de las soluciones que el equipo ideó.
2.- Obtener retroalimentación
Con este feedback de los usuarios se intentará ajustar cada vez más a sus necesidades e ir refinando así los prototipos. Es en este momento en el que aparecen las verdaderas soluciones, aunque hay que terminar el proceso y empezar de nuevo el ciclo para estar en situación de continua mejora. Una buena práctica es:
Identificar las características de la retroalimentación
La retroalimentación es una de las herramientas más valiosas en el desarrollo de una idea. Compartir prototipos permite ver lo que realmente importa a las personas y qué aspectos necesitan mejorarse.
Seleccionar los participantes para la retroalimentación
Las personas que han visto continuamente el progreso de la idea pueden entregar una retroalimentación detallada, mientras que aquellos que son nuevos en el concepto
pueden ayudarles a entender qué aspectos son más atractivos y/o difíciles. Hay que considerar qué perspectivas son las más importantes.
Construir una guía de preguntas
Una buena conversación de retroalimentación es una mezcla entre la reacción espontánea de los participantes frente al prototipo y un conjunto de preguntas bien
estructuradas, diseñadas para comparar las opiniones de varias personas sobre la misma temática. Es necesario preparar una guía de preguntas que ayuden a conducirse en ambas direcciones.
Facilitar las conversaciones de retroalimentación
El ingrediente más importante de una retroalimentación es la honestidad: las personas pueden sentirse tímidas de contar lo que realmente piensan sobre la idea si saben que el equipo está muy comprometido en ello. Hay que crear un ambiente que anime a una conversación abierta.
Captar los aprendizajes de la retroalimentación
Las conversaciones de retroalimentación abundan en información y usualmente son muy importantes las impresiones sutiles que se puedan tener sobre las reacciones de los participantes. Es preciso contar con un tiempo después de la sesión para captar lo que observaron.
Integrar la retroalimentación
La retroalimentación es invaluable para el desarrollo de una idea, pero también puede ser bastante confusa, contradictoria o no alinearse con las metas del equipo. Se hace necesario ordenar las respuestas recibidas y decidir cuáles se integrarán en la próxima iteración.
Identificar lo que se necesita
La mayoría de los conceptos no se pueden desarrollar por completo solo con un prototipo. La iteración continua del concepto necesita diversos recursos y competencias; a saber, dinero, tiempo y personas. Es evidente que hay que explicitar exactamente qué se necesita para llevar a cabo la idea.